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Soy Consultor, con perdón

Creo que en épocas de crisis las empresas de consultoría la viven igual que las otras. Se sufre igual. No estoy diciendo que se deba cambiar la estrategia porque al final uno se dedica a lo que se dedica, sea con crisis o sin ella.

En mi caso vendo estrategia, estructuras, sistemas y formación. Hay que tener muy claro lo que vendes. Y para ello es bueno haber pisado alguna empresa alguna vez, porque cada una es como es, con sus relaciones, sus intrigas, sus secretos. Y ello sin olvidar la confianza y el respeto en el trabajo.

Confianza significa que ese trabajo que haces como externo a la empresa, lo haces de manera aceptable hasta que lo empiezas a hacer bien. Pero debes tener ante todo mucha prudencia, porque los errores se pagan muy caros. El consultor debe ser un artesano en el que en cada caso se juega su prestigio, su dinero, y su confianza.  

No debemos olvidar que te metes en una empresa que tiene una estructura determinada, con sus normas y costumbres, y probablemente habrá gente a la que no le hará gracia que te inmiscuyas, porque se pondrán al descubierto ciertas carencias.  La clave es tener este respeto por las personas que por tu actuación podrán sufrir unas consecuencias, sean profesionales o personales. Por eso el consultor debe vencer esta resistencia inicial y dejar claro en todo momento que se va a mejorar. Se va mejorar la empresa, la formación, la forma de trabajar y los resultados.

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